sábado, agosto 04, 2018

No sabía que ponerme así que me puse depresiva.


Hola niñes, soy yo, la Damita, su bloguera favorita.

Muchos han sido los motivos que me han tenido alejada de las pistas blogueriles, pero como toda persona que nació después de 1985 (y que es relativamente activa en esto de las redes sociales) sabrá, el único que realmente determinó mi ausencia por este terrenito mío es que básicamente youtube e instagram mataron los blogs. No desarrollaré más la idea, fin del comentario.

A pesar de lo anterior, estoy escribiendo acá porque quería volver un poco a compartir cositas en un espacio que me alegró y entretuvo mucho en su momento (en mis mejores épocas ahyia), compartir cosas que me siento más cómoda liberando en este formato que en twitter, instagram o cualquier otra plataforma.

Esta semana la pasé muy mal. La he pasado bien mal desde hace un buen tiempo para serles sincera... como les conté acá antes de abandonar el blog y haciendo un breve resumen de lo que ha sido mi vida: me deprimí, congelé la u, volví, me eché ramos, sigo en la u y bueno, sigo deprimida. Esta semana salí de vacaciones de invierno y se suponía que me relajaría y disfrutaría de distraerme sin culpas pero para mi sorpresa, sentí un peso como nunca antes en el cuerpo que me tuvo parcialmente en cama por 4 o 5 días, sin ganas de nada, solo de desaparecer, llorar y por momentos literal quería morir.

Por cierto, para aclarar, el título de esta publicación es ironía. Ojalá la depresión fuera algo que uno se sacara como la ropa. Ustedes ya lo saben. Asumo.

Mi familia, mi pololo y mis cercanos valen oro. Y en cierto modo es por ese motivo que quise escribir acá, porque a pesar de que en los últimos años me he ido convenciendo más y más de que  el único futuro que quiero es el de ser una ermitaña que viva en el bosque en una casita chiquitita así jajaj de no ser por quienes me rodean no hubiese podido salir de la cama, ni parado de llorar ni (lo más importante) dejar de sentir que lo mejor mejor que me podía pasar era morir. Los (amo) quiero mucho y por siempre les estaré agradecida.

Aparte de ventilarles mi vida, quería hacer algo útil también, y era pedirles que porfis aquellos que no padecen de depresión o trastornos anímicos, sean comprensivos. En nuestro país es mucho más común de lo que pensamos y si yo, persona muy afortunada y privilegiada la paso pésimo cada vez que por estas hueás fallo en mis deberes académicos y extra-académicos no quiero ni pensar como lo pasa una persona que está a cargo de una familia, que tiene que trabajar para mantenerse a sí mismo o que tiene responsabilidades mil veces más críticas que las mías. Les dejo unas cositas para leer al respecto acá y acá (la última es como la versión abreviada de la primera).

Y bueno, eso es todo. Espero que no estén pasando frío, que la semana que se viene sea bonita y que recuerden hidratarse mis chiques 🌺

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