miércoles, junio 10, 2015

Culototottes.

Estimado visitante: si vino aquí pensando que iba a escribir sobre traseros prominentes, lamento informarle que no puede estar más equivocado.

Los culottes, o según yo, la pieza de vestir más fea (y de nombre más chistoso) de todas las que marcan tendencia en la actualidad (solo igualadas por los zapatos de plataformas enormes de madera, populares en las zapaterías más lais del país) caen en la lamentable categoría de "piezas que el mercado te hace creer que necesitas". La mezcla entre los olvidados capri/bermudas, las faldas midi y el volumen de los pantalones pata de elefante, da como triste resultado esta prenda que por alguna extraña razón, a pesar de todos estar conscientes de su horripilancia (la escritora de este blog dice que no los usaría pero te ofrece 10 formas de vestirlos), nos están intentando meter hasta por los ojos... hoy por internet, cuando llegue la primavera al polo sur será también por la tele y las tiendas, pérate no más.


Aquí Anna Wintour lanzando culottes por los ojos, dominando al mundo y obligándonos a comprarlos, haciéndonos creer que son bonitos.

Si bien cuando los vi por primera vez dije "qué es esa cosa", los culottes no son nada nuevo, es más, según fuentes muy confiables (wikipedia) el culotototte para las mujeres nació a fines del siglo XIX con el fin de contar con mayor comodidad en situaciones tales como montar a caballo y andar en bicicleta: REVOLUNCIONARIO TO-TAL, so Coco Chanel.

Según yo, es ingenuo pensar que es una coincidencia el que justo en estos días en que las demandas por la igualdad de género y los derechos de la mujer se hacen más potentes, reaparezca en el panorama una prenda que simboliza un trocito de las primeras muestras de consideración por las féminas en el mundo moderno (al menos en el área del vestuario). Los pishé diseñadores, capté su inspiración, estrellita para mi!

De todas maneras, por mucha carga histórica que tengan estos pantalones, lo horrendo no se les quita ni con estampado de flores. Trasero deforme, silueta poco favorecedora, corte en el lugar menos apropiado para la pierna y lo peor de todo: el efecto pata de gallina son algunas de las características que me hacen decir que no a los culottes. ¿Quién soy yo para decir que son feos los culottes si usé, y sigo usando, boyfriend jeans que hacen ver mi trasero del tamaño de un globo aerostático?, exacto, nadie ezpezial, pero quería advertirles porque los medios se muestran persuasivos y yo a ustedes los quiero musho: usted no lo haga.


El hijo del culotte: el short culotte, pequeño pero peligroso. Disminuye tu sex appeal en un 90% / Todas las imágenes de catálogo son de Asos, el resto de Google imágenes.

1 comentario:

  1. JAJAJAJAJ Yo igual los odio. Son la cosa menos favorecedora del mundo mundial, onda ni la cara delaeojdow ni teilor suif, ni nadie se verían bien con ellos. Menos yo, por supuesto :(
    Tienes mucho talento para los collage *-* jaja, saludos!

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